sábado, 25 de junio de 2016

Un Poco Sobre Nosotras y mi Colegio...



MI INSTITUCIÓN EDUCATIVA.

Mi colegio Santa Inés, es mi segundo hogar, este año estamos cumpliendo 50 años, nuestras Bodas de Oro Inesinas, nos estamos preparando para recibir a muchos invitados para celebrar y recordar. 
Alberga en sus aulas a niños de Inicial y Primaria; señoritas de Secundaria, todos formadas en virtudes, valores, en Luz y Verdad, bajo la protección de Jesús, nuestro Santo Domingo de Guzmán y nuestra Madre Eduviges Portalet.
Este año llevamos el Lema: “Santa Inés, 50 Años Educando en Luz y Verdad”.


MI SANTA INÉS

Cuando ella tenía 15 años, la superiora de aquella comunidad fue trasladada a fundar un convento en otra ciudad, y pidió que le dejaran llevar como principal colaboradora a Inés, porque era una joven de una extraordinaria responsabilidad en todo lo que hacía.
Y sucedió por aquellos tiempos que las gentes de Montepulciano dispusieron crear unas casas para religiosas. Pidieron que les fuera enviada como superiora del nuevo convento la joven Inés, cuya santidad ya era notoria en todos los alrededores. Ella siendo tan joven, aceptó el cargo porque confiaba en que Dios le iba a ayudar de maneras sorprendentes. Y así sucedió.
Estaba Inés pensando a qué comunidad religiosa debia ella confiar a las monjitas de su nuevo convento, cuando una noche en una visión se le aparecieron en el mar muchas barcas con distintos patronos, invitándola a navegar en ellas. Pero una barca tenía por piloto a Santo Domingo de Guzmán y este santo le decía: "Es voluntad de Dios que tú viajes en la barca de la Comunidad Dominicana". Desde entonces se propuso afiliar a sus religiosas a la Comunidad de padres Dominicos. Y así ella llegará a ser una de las glorias de esta comunidad, y lo mismo lo será su gran devota, Santa Catalina de Siena.
Desde muy joven ayunaba casi todos los días y dormía en el duro suelo y tenía por almohada una piedra. Después la salud se le resintió y por orden del médico tuvo que suavizar esas mortificaciones. San Raimundo cuenta que Dios le permitía visiones celestiales, que un día logró ver cómo era Jesús cuando era Niño. Otra vez estando la despensa del convento desprovista y no habiendo alimentos para las monjas, ella rezó con fe y la despensa apareció llena de comestibles. La veían levantada por los aires mientras le llegaban los éxtasis de la oración. Un ángel se le apareció ofreciéndole un cáliz de amargura y le dijo: "Como Jesús, en esta tierra tendrás que beber el cáliz de la amargura, pero para la eternidad te espera la corona de gloria que nunca se marchita".

Fuente: https://www.ewtn.com/spanish/Saints/In%C3%A9s_de_Montepulciano_4_19.htm  


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